La idea de crear una marca de moda sostenible es fruto de una larga experiencia en una multinacional de la fast fashion. Al conocer de primera mano la lógica de una gran empresa de pronto moda, las condiciones laborables de los países productores,  la oferta de prendas baratas para un consumo de usar y tirar, entendí que no es un modelo viable para nuestra sociedad y nuestro entorno.

En estos 10 años trabajando en esa empresa, tuve tres niños. Cada baja por maternidad fue un momento de respiro y de claridad hacia el impacto de nuestra actividad. Volver a incorporarme a mi puesto me exigía un esfuerzo cada vez mayor, no le veía sentido ninguno… Por eso cuando la empresa decidió cerrar sus oficinas en España,  fue para mi una gran oportunidad.

Me dedique a aprender: en diseño, creatividad y sobretodo en tejidos ecológicos, procedimientos industriales amigables con el medio ambiente, circularidad,  ecodiseño…  busqué proveedores, talleres sociales, locales y ¡me lancé a la piscina! De eso hace 8 años y sigo hoy en día encantada de haber elegido ese camino.

La sostenibilidad al 100% no existe, es en realidad un proceso de continuo aprendizaje y mejoras.

Dicho esto, lo que más deseo  es ofrecer colecciones que enamoren, que nos transporten al mundo que soñamos, prendas que nos sientan bien, por su aparente sencillez, su elegancia, la calidad de los tejidos..  La moda es aspiracional, y por eso queremos conjugar estilo con cuidado hacia nuestro entorno y la sociedad.